La endodoncia es una técnica odontológica que debería utilizarse como última opción para salvar los dientes problemáticos. Durante la endodoncia se elimina todo el tejido pulpar, se desinfectan los conductos y se sellan con un material plástico llamado gutapercha. De esta forma, y según defiende la odontología convencional, los pacientes pueden conservar un diente que les esté dando problemas sin miedo a que se produzca ningún riesgo para su salud.
La odontología holística sin embargo, sostiene que las endodoncias pueden ocasionar gran variedad de problemas de salud crónicos y enfermedades degenerativas porque no se puede lograr la esterilización y el sellado total de los conductos.
Esto ocurre porque existen conductos accesorios no visibles por los rayos X y, por lo tanto, pueden quedar bacterias que pueden causar graves problemas para la salud. De esta forma, el diente se convierte en una fábrica de toxinas que daña continuamente al organismo.
Sabiendo esto, es natural afirmar que todos los dientes con un tratamiento de endodoncia mal realizado se acabarán infectando al cabo del tiempo. Además, los dientes endodonciados e infectados pueden convertirse en focos primarios de interferencia neural. Cuando hablamos de foco interferente nos referimos a cualquier alteración localizada en el organismo, con capacidad de inducir enfermedades a distancia y que mantiene una relación activa permanente con el sistema inmune local y general.
Cuando hablamos de la boca, el foco interferente cobra especial relevancia porque todos los meridianos del cuerpo, pasan por la boca, que es el punto de unión entre el cerebro y el resto del organismo. Los incisivos superiores o inferiores conectan con el sistema genitourinario y los riñones. Los colmillos con la vista, el hígado, la vesícula biliar y la líbido. Los premolares inferiores y molares superiores con estómago, bazo y páncreas. Los premolares superiores y molares inferiores con intestino grueso y pulmón. Las muelas del juicio conectan con el corazón e intestino delgado. También hay piezas que están relacionadas con las glándulas mamarias, con las endocrinas… con todo.
Desde la Clínica Dental Mar Tarazona pensamos que hay que evitar las endodoncias sobre todo si no son necesarias.
Como cualquier parte del cuerpo, un diente puede doler, inflamarse o estar sensible. Frecuentemente le aconsejarán una endodoncia pero hay que estar seguro, evaluar el dolor y descartar todas las razones por las que los dientes pueden doler o estar sensibles.
Si aprietas o rechinas los dientes, si tienes estrés, falta de sueño o mala higiene.. Hay dolores que nos pueden confundir y podemos pensar que los culpables son los dientes cuando realmente el dolor viene de otras partes, como puede ser dolor derivado del corazón, dolor muscular derivado de los músculos maseteros o temporales, dolor por sinusitis, neuralgia trigeminal, dolor neuropático o el debido a tumores y aneurismas.
Por otra parte, el diente pude doler por muchas causas y muchas de ellas se pueden solucionar sin necesidad de una endodoncia. El diente puede doler por restauraciones mal ajustadas siendo necesario rehacer la restauración, se puede realizar un tallado selectivo si hay interferencias oclusales o realizar un recubrimiento pulpar si la caries es profunda y hay una exposición de la pulpa… Si hay una fractura el tratamiento de elección es la extracción. Podemos tener dientes sensibles a azúcares, alimentos procesados e incluso frutas sobre todo las ácidas. También pueden influirnos los cambios hormonales como la premenopausia, los ciclos menstruales y cambios en los niveles del colesterol.
Hay que asegurarse de que el problema no esté en algún otro lugar y de que el dolor de su diente no disminuya al tratar adecuadamente el problema ya que nuestros dientes se ven afectados por lo que sucede en todo el cuerpo y, por supuesto, nuestro cuerpo se ve afectado por los dientes.
Antes de realizar una endodoncia en un diente que duele debemos intentar otras terapias:
- Terapia de ozono: se administra a través de una jeringa alrededor de la base del diente. Se necesitan múltiples visitas para combatir la infección. El ozono es directamente tóxico para el material infeccioso y también estimula el sistema inmunológico.
- Terapia Neural: defectos o excesos nutricionales, cicatrices, pérdida de dientes, endodoncias, procesos emocionales no resueltos, lesiones antiguas pueden resultar una carga no asumible para nuestro sistema nervioso. Con la odontología neurofocal y la terapia neural tratamos de reprogramar las cicatrices, eliminar los trabajos dentales que el cuerpo reconoce como extraños, conseguir liberar los nudos emocionales y todo aquello que nos hace daño, para devolvernos la capacidad autocurativa, innata en nosotros.
- Nutrición: hay que tomar alimentos de alta calidad que estén en armonía con nuestro metabolismo y eliminar todas las fuentes de azúcar refinada y procesada, productos de harina blanca, bebidas endulzadas, alcohol, etc…
- Enzimas digestivas: se encargan de digerir los alimentos procesándolos para obtener de ellos los nutrientes necesarios para nuestra vida. Para que los enzimas realicen su función correctamente se tienen que dar unas condiciones óptimas de temperatura y PH y nuestro organismo debe tener la cantidad de sales minerales y vitaminas suficientes para facilitar sus tareas metabólicas. Además la función de unas enzimas no es compatible con la función de otras enzimas, por esto es tan importante la correcta combinación de los alimentos para conseguir buenas digestiones y una buena nutrición. Si las enzimas no pueden hacer su trabajo, las bacterias entran en juego para reemplazarlas y degradar los alimentos, produciendo a la vez gases, putrefacción y residuos tóxicos que se van acumulando en nuestro intestino, colon y organismo, favoreciendo atascos, intolerancias, alergias y diferentes enfermedades.