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La odontología ambiental es aquella que se encarga de proteger el medio ambiente, evitando el uso de materiales tóxicos y agresivos para el paciente y que son altamente contaminantes para nuestro entorno.

El mercurio es uno de los contaminantes más peligrosos para el planeta y para nuestra salud, es el elemento más tóxico después de los radioactivos.

Por ejemplo: Cada empaste de amalgama tiene como mínimo 1 gr de mercurio, este se encuentra en su forma metálica que es poco tóxica. Sin embargo, este metal se evapora a 25º C, presentándose como vapor de mercurio, el cual es muy tóxico para el ser humano.

Hay que seguir unos protocolos específicos para que la retirada de amalgamas sea segura para nuestros pacientes. Lo mejor es usar composites que no contenga Bisfenol A, pero actualmente no existe un material perfecto que sea totalmente biocompatible. Por ello, es importante tener en cuenta la individualidad de cada persona y elegir el material más adecuado. En la Clínica dental Mar Tarazona tenemos pleno conocimiento en este terreno y sabemos cómo extraer los empastes de amalgama de forma segura para que no perjudique a tu salud. Puedes informarte del tratamiento aquí.

También resulta perjudicial la presencia de electrogalvanismo por la existencia de distintos metales utilizados en los arreglos de la boca y las prótesis dentales, lo cual provoca corrientes conducidas a través de la saliva. Deberíamos realizar las prótesis dentales sin metal o con metales nobles que ofrezcan la mínima toxicidad y corrosión posible.

Los metales como Níquel, Cromo, Cobalto y Platino son muy utilizados en Odontología en aleaciones propias para prótesis dentales y aparatos de Ortodoncia, que pueden causar dermatitis alérgica de contacto, ya que una vez en la boca, en contacto con la mucosa oral, hay evidencias de absorción intraoral.

Vamos a verlos en profundidad:

  • El Níquel produce dermatitis de contacto, mayor que otros metales combinados, aunque solo sea usado en una pequeñísima cantidad. Las reacciones clínicas por el níquel pueden ser: edema de los párpados, inflamación y fisuras de los labios, eczema crónico de mejillas y manos. Además de lesiones en brazos, piernas, cuello y cara. Si se presentan estos síntomas, se supone que el paciente tiene una sensibilidad previa al níquel, y que si se utiliza este material en Odontología hay una absorción intraoral del mismo, lo cual produce una exacerbación.
  • El Cromo no parece ser potencialmente alergénico. Cuando se intente usar la aleación níquel-cromo, se debe tener en cuenta que también puede ser potencialmente alergénico en unión con el níquel. Y a nivel industrial, por exposición al uso de detergentes, blanqueadores, cremas, lociones también puede causar dermatitis de contacto.
  • El cobalto es biocompatible en ausencia del níquel y berilio. Estos últimos, industrialmente son muy nocivos, por ejemplo, el berilio es altamente carcinógeno.

Las aleaciones de níquel-cromo y cromo-cobalto han permitido la realización de tratamientos odontológicos económicos y con buena calidad. Pero deberíamos evitar el uso de metales ya que ahora existen materiales nuevos y mucho más biocompatibles que los metales. En caso de que usáramos metales, siempre se pueden pedir analíticas antes de hacer las rehabilitaciones protésicas para así estar seguros de que los pacientes no van a ser intolerantes a estos materiales. Muchas veces el paciente empieza a encontrarse mal y no se relaciona con lo que lleva en boca.

Los odontólogos siempre debemos tenerlo en cuenta y saber que lo que ponemos en boca puede influir en la salud más de lo que nos imaginamos, así lo hacemos en Clínica dental Mar Tarazona Valencia.

El titanio rara vez causa fenómenos alérgicos, pero puede desencadenar reacciones inflamatorias, que pueden ocurrir tanto a nivel local fracasando la integración ósea como a distancia afectando a procesos inmunitarios sistémicos manteniendo al paciente en un estado inflamatorio crónico. Una alternativa al titanio serían los implantes de zirconia o cerámicos.

Los metales, los acrilatos (resinas), las sustancias que se utilizan en los tratamientos de conductos, los cementos, los cerámicos, los metales que se añaden al titanio de los implantes para mejorar sus características, pueden actuar como alérgenos potenciales produciendo reacciones de tipo IV. Gracias a ello podemos realizar el Test Melisa o test de transformación linfocitaria y evaluar y medir mediante pruebas de laboratorio las reacciones a los distintos materiales.

Los pacientes que desarrollan sensibilización mostrarán:

  • Signos locales: estomatitis, liquen plano, gingivitis, enfermedad periodontal.
  • Síntomas locales: ardor de la lengua, dolores en los dientes, mandíbula, dolor a la masticación.
  • Síntomas generales: dolor de cabeza, neuralgia, dolores musculares, dolor en las articulaciones, fibromialgia, parestesia, cansancio, trastornos del sueño, estados depresivos.

En nuestra cultura occidental está mal visto tener dientes que no sean perfectamente blancos, alineados y del tamaño correcto. Aún es peor si la persona ha perdido dientes o usa prótesis removibles. La Odontología se ha preocupado en solucionar la pérdida de dientes con puentes e implantes y sofisticadas rehabilitaciones que requieren de métodos invasivos y de alto costo ignorando las consecuencias de estos tratamientos en la salud de la persona. Debemos elegir una Odontología respetuosa, restablecer la estética y funcionalidad dentro de la salud total de la persona, decidiendo juntos el tratamiento más adecuado teniendo en cuenta lo que es verdaderamente importante para nuestro paciente.

Me gusta esta frase de Maria Cristina Gerascoff, que define el tratamiento odontológico como un camino a la salud a través de la boca.

Dra Mar Tarazona Beltrán.

Num Col. 1.794