Muchas personas explican que su miedo al dentista le viene de que su primera experiencia fue traumática. Es responsabilidad de los dentistas el que los niños no se traumen y que no arrastren esos traumas hasta la edad adulta.
¿Cómo ayudar a los niños a combatir el miedo al dentista?
Hay que llevarlos desde pequeños, en cuanto les salen los primeros dientes deben empezar a visitar al dentista. Son visitas preventivas para controlar que los dientes y maxilares se desarrollen de la forma adecuada. Se convierte la visita al dentista en un hábito.
Incentivarlos a jugar a ser dentistas en casa. Juega con tus hijos al dentista en la comodidad de tu casa antes de ir a la cita real. Así lo verán como algo simple, cotidiano y que no tiene por qué ser traumático. Si asisten varios hermanos, haz que los más pequeños pasen cuando traten a los mayores. Los padres no se deben preocupar de más si el niño llora. La mayoría de los profesionales están habituados a manejar estas situaciones y saben qué hacer. Los padres deben seguir sus indicaciones y acompañar a su hijo, evitando entrometerse más de la cuenta.
Tienen que evitar contarles sus malas experiencias si las han tenido y si tienen sus propios miedos deben intentar no traumatizar a sus hijos.
Es importante evitar expresiones en las que se induzcan sensaciones negativas, como “no te van a hacer daño”, “no te van a pinchar”, “no tengas miedo”…. Mejor expresiones positivas como: “todo va fenomenal”, “enseguida acabamos”…
Podemos llevar un objeto o juguete que les guste mucho para distraerlos en caso de emergencia. Mantenerlos entretenidos en algo agradable les ayudará a relajarse. Hay que recompensar su buen comportamiento con regalos e incentivos pequeños, así su actitud será mucho más abierta la siguiente vez que acudan al dentista.
Cuando se trata de niños con miedo al dentista suele ayudar mucho el dejarles tocar el instrumental. Así ven que no corta y se quedan más tranquilos. Es muy importante desde pequeños crearles hábitos saludables relacionados con la higiene oral.
Después de estos consejos para ayudar a los niños a que su primer encuentro con el dentista sea una experiencia positiva, vamos a hablar de cómo ayudar al adulto con miedo.
Una de las cosas más importantes es una buena comunicación entre el paciente y el dentista. Los dentistas hoy escuchan mucho más que antes a sus pacientes, el paciente se tiene que abrir y contar la verdad sobre su miedo al dentista, es fundamental que él lo entienda ya que el trabajo en conjunto es la clave para solucionarlo. El dentista se tiene que tomar su tiempo para hablar con el paciente ya que cuando cuentan sus preocupaciones, se desahogan, se relajan y confían más. Una buena relación dentista-paciente ayudará a enfrentar el problema, los dentistas con trato amable, acogedores y calmos pueden ayudar a controlar los miedos y disminuir los temores.
También es esencial explicar con detalle lo que se le va a hacer al paciente y cuanto tiempo durará, más o menos, el tratamiento para ayudar a disminuir el desconocimiento y la inseguridad que éstos tienen. Luego, durante el tratamiento, relaja mucho que te digan qué están haciendo, si falta mucho, el siguiente paso que se dará…
Antes de empezar el tratamiento, acordar un gesto que le haga entender al dentista que necesitamos una pausa o que nos molesta esa manipulación.
La música es un elemento importante en el manejo de la ansiedad dental. Hay que tener una música que le relaje en la consulta o aconsejar al paciente que se traiga la música que le relaje más escuchándola mediante audífonos. De esta manera le será más fácil evadirse del entorno y no oír todos los ruidos que hacen los aparatos dentales.
Se ha creado un programa de realidad virtual llamado Isla Calma, compuesto por unas gafas 3D, unos auriculares y un mando inalámbrico, que transmite al paciente sensación de calma y seguridad para ayudarle a olvidarse de que se encuentra en una consulta y disminuir su miedo al dentista.
Hay que confiar en los dentistas, no hay que atemorizarse con las experiencias de otras personas o con lo que otras personas te cuentan, hay que vivir la propia experiencia. Cuando su dentista trabaje haga que respete su ritmo y lo que solo usted esté en condiciones de tolerar. No hay que dejarse atender con dolor, con la anestesia dental suficiente no se debe tener dolor, si no es así hay que parar y decírselo al dentista.
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